lunes, mayo 23, 2011

TORERO Y POETA


TU Y YO, TORO BRAVO

Y dicen que nos peleamos
que nos odiamos,
que la muerte el uno al otro deseamos;
no se imaginan que en realidad nos amamos,
que nos necesitamos,
que si no fuera por ti
con mi vida no sé que haría,
y si no fuera por mí
tu ya no existirías.

Y dicen que es algo falso, que es predispuesto,
y hasta barbárico,
no entienden que es un llamado desde el pasado,
que es instintivo, que es visceral,
que rebasa el querer pensar,
que existe desde el principio de nuestras vidas,
desde el momento que nos cruzamos en el camino
ya varios miles de años atrás.

Cierto es que tú me has herido
y cierto es también que yo te he matado,
pero ambos sabemos que al huerto de nuestra pasión
hay que regarlo con sudor, sangre y dolor,
y es tan solo el precio justo
para poder ser y hacer
simple y llanamente lo que queremos,
Yo Torero y tu Toro bravo.

Jorge de Jesús "El Glison"
















Jorge de Jesús Gleason (El Glison")

Nace en Saltillo, Coahuila (México), el 27 de Octubre de 1960.

Primera vez de luces: 13 de Octubre de 1985, en Saltillo

Alternativa: 2 de setiembre de 1990 en Monterrey, de manos de Mariano Ramos, y atestiguando Alejandro Silveti, con toros de Manuel Macías.



Confirmación en la plaza México: 13 de Enero de 1991

Otros datos: Hasta la temporada 1976 llevaba toreadas más de 230 corridas, cortando más de 330 orejas, lo que le eleva a la cabeza del escalafón mexicano.

Ha sido herido por los toros 29 veces, sufriendo también 12 fracturas, lesiones que le obligan a usar 4 aparatos ortopédicos.

En los últimos tiempos ha sido el más discutido de los toreros americanos.

Además de torero en un gran poeta, teniendo más de 120 poemas ha editado un libro en el que habla de la mujer, del toro y de la vida.

Actualmente se encuentra en el retiro.

Antes de ser torero, fue vendedor de vinos, jinete de rodeo, pescador de tiburones, cazador de ballenas y jugador de futbol americano.

Persona de gran carisma que fue a ver el mundo antes de obtener su título de Ingeniero Agrónomo Zootecnista.

Ya casado con la bella "Señorita Coahuila" de 1983, decidió convertirse en torero.

Saltillo, Coah.- "Yo estoy dispuesto a salir en hombros o en camilla", prometió muchas veces Jorge de Jesús, "El Gleason".

Frase que raya en la exageración, nadie la tomó en serio; pero para el espada nativo de Coahuila es su consigna en cada coliseo. En ambas circunstancias ha hecho valer su palabra.

Es un personaje de múltiples facetas al cual le atribuyen, como secreto de su éxito, la locura. Pero hay de locos a locos. Unos chocan contra molinos de viento y en su último respiro se retractan; otros, al borde de la muerte, intentan hacer realidad sus fantasías aunque fallen a diario.

Su primer apoderado, José Rodríguez Luévano, dijo que tres veces lo revivieron en la plancha.

Don Quijote, el personaje de Miguel de Cervantes, prefirió jactarse de cuerdo antes que morir loco; "Glison" no lo haría. Una tarde se aferró a la vida en 1987. "Fue una cornada mortal", recordó. Y le iban a amputar la pierna derecha.

Contra todo pronóstico, la salvó, volvió a caminar... y a torear.

Esos 69 festejos como novillero los frenó un toro bravo que lo mandó al quirófano y orilló al retiro. Parecía hundido por la melancolía, pero resurgió en grande dos años después.

De la tierra del maestro "Armillita", tras su regreso soportó burlas, injurias y el boicot de toreros, pero hizo historia más que ningún otro en México con la mejor carrera novilleril y el mejor primer año de alternativa (1990- 1991). Hombre de records, el primero aún no se rompe.

Hoy, a la edad del Quijote -pero mejor conservado-, a sus 50 años, Jorge de Jesús Gleason Berumen continúa en activo luego de 600 festejos, 37 cornadas, 16 fracturas y 12 indultos.

Después de agitar la muleta hasta en Armenia, pescar salmón en Alaska, cazar tiburones en playas de Sinaloa y ser traficante de whisky en Pakistán, el torero saltillense aspira a crear el rejoneo "a la mexicana" y hoy aprende de uno de los mejores, con el español Diego Ventura.


"El Glison" es causa de polémica, también de elogios en la fiesta brava.

La crítica más conservadora quiso acabar con él, pero las ovaciones del gran público fueron indiscutibles de 1985 a 1996, su mejor época, con las plazas abarrotadas y el boletaje agotado.

En su juventud viajó por el mundo, desafió al peligro en toda clase de oficios y triunfó como nadie entre los novilleros. Era raro no verlo morder el polvo, pues fue golpeado infinidad de ocasiones en 26 años de carrera hasta casi llevarlo al retiro.

"Antes que lo mate un toro, vea al ‘Glison'", se anunciaba en Saltillo, su ciudad natal.

En exclusiva descubra las hazañas del matador coahuilense bajo la misma advertencia.

Fuente: Miguel Angel Garcia

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