domingo, febrero 23, 2020

EL MANIQUI

El Maniquí

Vicente Blasco Ibáñez

Nueve años habían transcurrido desde que Luis Santurce se separó de su mujer. Después la había visto envuelta en sedas y tules en el fondo de elegantes carruajes, pasando ante él como un relámpago de belleza, o la había adivinado desde el paraíso del Real, allá abajo, en un palco, rodeada de señores que se disputaban el murmurar algo a su oído para hacer gala de una intimidad sonriente.

Estos encuentros removían en él todo el sedimento de la pasada ira: había huido siempre de su mujer como enfermo que teme el recrudecimiento de sus dolencias, y sin embargo, ahora iba a su encuentro, a verla y hablarla en aquel hotel de la Castellana, cuyo lujo insolente era el testimonio de su deshonra.

Los rudos movimientos del coche de alquiler parecían hacer saltar los recuerdos del pasado de todos los rincones de su memoria.

ACEPTARTE COMO ERES






















No tienes que caminar de rodillas
por un largo camino a través del desierto
arrepintiéndote...

Sólo debes dejar que el suave animal
de tu cuerpo, ame lo que ama...

Cuéntame sobre tu desesperación
y te diré la mía...

Mientras tanto, el mundo continúa,
el sol y los guijarros de la lluvia
se mueven a través de los paisajes,
sobre las praderas y los árboles
las montañas y los ríos.

Los pájaros volando alto en el cielo azul,
con el aire limpio,
se dirigen a casa de nuevo...

No importa quien seas
ni que tan sólo te sientas,
el mundo se ofrece a tu imaginación
te llama a viajar con el, de paseo,
a través de tu mente
una y otra vez,
anunciando tu lugar,
en la familia de las cosas.

jueves, febrero 20, 2020